En días pasados tuvo lugar la conferencia “Una ola feminista recorre Latinoamérica. La lucha de las mujeres en el siglo XXI”, que impartió Patricia Nolasco Clemente como parte de las actividades de la Escuela de Filosofía y del Centro Universitario de Estudios de Género de la Universidad de Colima.
En su exposición, la conferencista ofreció un repaso histórico desde la Antigüedad, la Edad Media y la Ilustración, sobre la lucha de las mujeres por la igualdad: “Durante la revolución francesa, Olympe de Gouges redactó y proclamó la Declaración de los Derechos de las Mujeres y de las Ciudadanas –dado que la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano no las incluía– y fue guillotinada por eso. Desde entonces, la lucha feminista ha conocido épocas más tranquilas y otras más incendiarias, pero nunca se ha detenido”.
Las filósofas feministas Celia Amorós y Ana de Miguel, continuó, “sitúan la primera ola del feminismo en el núcleo de la modernidad y la ilustración. La segunda ola tuvo lugar en el siglo XIX y se centró en la lucha por el derecho al voto y la educación. La tercera ola feminista se sitúa en la segunda mitad del siglo XX, en un contexto en que los movimientos estudiantiles, antibélicos y antirracistas se encontraban en su apogeo”.
Actualmente, dijo, las feministas del siglo XXI de todo el mundo han comenzado a preguntarse si estamos frente a una cuarta ola del feminismo. Sobre los hitos que marcarían esta cuarta ola, Patricia Nolasco enumeró los siguientes: “En el 2017, el hashtag #MeToo se viralizó con las denuncias que numerosas artistas hicieron desde el seno de la industria del cine norteamericano, lo que potenció que la lucha contra el acoso sexual alcanzara un nivel de visibilidad internacional”.
No obstante, aclaró, “la socióloga Judith Muñoz Saavedra apunta que este fenómeno no surgió en Hollywood, sino que fue creado en 2006 en MySpace por Tarana Burke, activista afroamericana, con el fin de empoderar a las mujeres negras y visibilizar la omnipresencia del abuso sexual”.
Asimismo, expuso que Amelia Valcárcel argumenta que las olas del feminismo han surgido al mismo tiempo que una “crisis civilizatoria”; es decir, al tiempo que cambiaban los sistemas políticos y económicos mundiales. En este sentido, dijo que esta cuarta ola surge en un contexto de crisis global provocada por el capitalismo en su versión neoliberal.
Posteriormente, la conferencista resaltó lo más significativo de esta cuarta ola, esto es, que nuevamente es un fenómeno de masas, su composición es heterogénea en cuanto a sus expresiones, que se enmarca en la tecnología (espacio sociodigital) y es diversa en cuanto a los grupos de mujeres que participan.
Sobre el caso de México, Patricia Nolasco expuso que la socióloga Daniela Cerva señala que lo que ha promovido la salida masiva de las mujeres mexicanas a las calles es una “doble indignación”. Primero, frente a los acontecimientos de violencia –feminicidios, violencia sexual, desapariciones de mujeres–. El reclamo se extiende y profundiza a partir de un segundo momento de malestar colectivo, que se produce por la forma en que las autoridades responden al primer agravio”.
Sin embargo, dijo, tanto el gobierno como la población mexicana han respondido de la siguiente manera: con la criminalización de las protestas feministas, la desestimación de las cifras presentadas por colectivos feministas, el cuestionamiento a la autonomía del movimiento feminista (han afirmado que las manifestaciones feministas esconden otros intereses y, por tanto, su expresión pública es una forma de desestabilización del gobierno), y con acoso y hostigamiento en redes sociales/digitales.
La conferencista afirmó que “no hay un solo feminismo sino una gran pluralidad de éstos; sus demandas son muchas y cambian según los pueblos, las cosmovisiones, las clases sociales y las generaciones. Las más urgentes son el derecho a vivir, así como a la integridad física y psicológica”.
En entrevista, la directora de la Escuela de Filosofía de la Universidad de Colima, Georgina Aimé Tapia González, comentó que “es fundamental continuar difundiendo la teoría feminista desde enfoques filosóficos, porque todavía prevalece una concepción androcéntrica de la Filosofía, característica de mentalidades estrechas y anquilosadas”.