Martes, 20 de Agosto de 2019
*“Con este tipo de estudios, los sismólogos podrían crear mapas de las zonas donde ocurren los sismos”: Dulce Vargas, profesora de la Facultad de Ciencias.

Dulce Vargas, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima, mencionó que es un hecho que los sismos nos se pueden predecir, sin embargo, su estudio mediante técnicas geodésicas como InSAR o GPS de alta precisión, nos ayudaría a entender cómo se acumula la energía y la subsecuente deformación que en algún momento será liberada a través de un sismo.
La investigadora del Centro Universitario de Estudios Vucanológicos de la Universidad de Colima dictó la conferencia “¿Por qué estudiar sismos en Colima?”, como parte de la VI Jornada Académica “Gestión y reducción del riesgo de desastres: amenazas regionales y entornos sociales”, que realizó la Licenciatura en Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres de esta Casa de Estudios.
Durante su ponencia, Vargas Bracamontes explicó que el sismo ocurrido en San Francisco en 1906 fue importante, ya que su estudio llevó a la formulación de la teoría del rebote elástico; “sabemos que por el movimiento de las placas tectónicas se acumulan esfuerzos mayoritariamente en los límites de las placas. Con el paso del tiempo esto se traduce en deformación, una deformación que en algún momento las fallas no podrán sostener. Es entonces cuando se genera ese deslizamiento súbito a lo largo de una falla que conocemos como sismo”.
Asimismo, expuso que en la península de Nicoya, en Costa Rica, los estudios geodésicos aportaron resultados muy positivos, con más de una década de anticipación, para entender cómo se da la deformación, en qué zonas y qué tan cerca puede estar una región del fallamiento.
Finalmente, la investigadora universitaria invitó a los estudiantes a interesarse en el estudio de los sismos. Puntualizó, por último, que requerimos de una red sísmica con mayor cobertura que nos permita una caracterización más detallada de la sismicidad de nuestro estado.
