
En la tercera sesión del ciclo Charlas con Académicos, realizada en el Museo de Artes Populares de la Universidad de Colima, el profesor de la Facultad de Mercadotecnia, José Ángel Becerra, llevó a los asistentes al viaje de la comunicación visual y su relación con los cómics, mascotas corporativas y la publicidad.
Aunque el académico comentó que la función de los cómics siempre ha sido entretener al público, principalmente a los jóvenes, con el paso del tiempo éstos se comenzaron a utilizar para la publicidad. Por ejemplo, mencionó, “Popeye el Marino, quien adquiría fuerzas al comer espinacas, logró que los niños consumieran espinacas y las ventas de éstas aumentaron”.
Situación similar, comentó, ocurrió con los superhéroes, a quienes sus autores les imprimieron valores, sentimientos y patriotismo (en el caso del Capitán América). “Hay una escena muy evidente donde Superman está parado y en la parte de atrás, en unos vitrales, aparece Jesucristo. Son mensajes, son ideas que van a nuestro inconsciente colectivo con la finalidad de hacer asociaciones”.
Agregó que en la década de los 70s hubo una expansión “gigantesca” del cómic, en la que se generaron antihéroes y héroes populares: “Nacen para hacer más dinero. Además, de 1980 a 1987 nacen otras propuestas como las novelas gráficas, y los superhéroes comienzan a cuestionar su propio heroísmo”, dijo.
“El cómic sigue por buen camino, se lleva a la pantalla chica y después a los cines, y continúan las novelas gráficas; en este momento podemos hacer la asociación de los cómics con las mascotas corporativas; por ejemplo Mafalda (de Quino) tenía la intención de ser una mascota corporativa, pero por azares del destino el proyecto se cayó y el autor le dio otro giro”, explicó.
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“¿Por qué nos gustan estas mascotas corporativas?, ¿a qué se debe la fascinación por estos muñequitos?”, cuestionó José Ángel Becerra, quien dijo: “Es más fácil creerle y crear empatía con ellos que si te lo está diciendo tu mamá o tu abuelita; es una manera más sutil. Ahora es más fácil generar una empatía con estos personajes que con una persona física”.
El tigre “Toño”, el gallo “Cornelio”, el elefante “Melvin”, el tucán “Sam”, así como las mascotas oficiales de los Juegos Olímpicos y de los Panamericanos, quienes tienen ciertas características culturales del país en el que se desarrollan, dijo para finalizar, “forman parte de las mascotas corporativas que, en sus inicios, nacieron como cómics”.