Domingo, 31 de Mayo de 2015
*Enoc David Rodríguez, especialista en neuro-estimulación, dictó conferencia en la Facultad de Psicología, donde explicó que en los procesos de evolución cerebral de los pequeños intervienen factores internos (biológicos) y externos (contextuales).
“La neuro-estimulación infantil consiste, como su nombre lo indica, en estimular ciertas zonas del cerebro de acuerdo a la edad y condición del niño”, explicó Enoc David Rodríguez, especialista en psicodiagnóstico e intervención infantil, como parte de la expo-neuro organizada por la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima.
Agregó que cada zona cerebral representa habilidades distintas en cada niño, y depende de éstas la forma en que se desarrolla el infante; se pueden, dijo, describir dos procesos de maduración: céfalo-caudal, de adentro hacia afuera, y caudo-céfalo, que es a la inversa; “el niño presentará avances dependiendo de la madurez que se tenga en estas áreas”, expuso.
Basados en estas leyes, explicó el ponente, “podemos decir que es importante no poner a un niño a caminar cuando tiene dos o tres meses, pues no tiene maduras esas zonas; no debemos adelantar las etapas de crecimiento, puesto que sus zonas cerebrales no están maduras”.
La maduración cerebral, dijo el especialista, depende tanto de procesos internos como externos, por ejemplo, la “mielinización” en las neuronas, por un lado, y el contexto social en que se desarrolla el menor, por el otro; “en esta última parte entramos mucho como papás o como profesionales”.
“El desarrollo del cerebro depende mucho de sí mismo; en cambio el contexto social se encuentra influenciado por diversos factores, entre ellos el estrés tóxico, como sería el permanecer horas prolongadas en la escuela, con todo lo que ello implica; es probable que el pequeño comience a presentar alteraciones en su conducta, que se vuelve irritable, tenga poco o mucho sueño, mucha o poca hambre”, expresó David Rodríguez.
Dijo que muchos de casos del Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH) son falsos positivos, dado que el estrés tóxico causa modificaciones en la corteza cerebral y en otras estructuras.
En ese momento, dijo, “entra en función la neuro-estimulación, pues es en la corteza cerebral donde trabajamos. Las actividades dependerán de la edad y el diagnóstico previo que les hacemos a los niños. También es necesario que quien estimule sea el especialista o las maestras de guardería o preescolar. Asimismo, se deben tomar las medidas adecuadas y no sobre estimular, pues también repercute en el desarrollo”, advirtió el especialista.
Es importante, expuso Enoc David Rodríguez, “que padres y profesores respeten los procesos de crecimiento; no porque caminen más pronto que el primo, o hablen a menor edad, serán genios. Y es que los papás quieren que sus hijos sean mejores que el resto, sin respetar que hay etapas de maduración también en el cerebro”.
Por último, recomendó a instructores y padres de familia no vestir a sus hijos con ropa entallada y zapatos con tacón en el caso de las niñas, porque esto repercute en su motricidad: “Sé que quieren que sus hijos vistan a la moda, pero el movimiento también forma parte de la maduración cerebral”.