Lunes, 16 de Abril de 2018

*“Son materiales de cualquier estructura y tamaño de entre uno y cien nanómetros, es decir, la mil millonésima parte de un metro”: Eduardo Lira, estudiante de la Maestría en Ciencias Médicas de la UdeC.
Aunque su existencia ya tiene algunos años, las nanopartículas han tenido gran auge por sus aplicaciones e investigaciones, pero ¿qué son estos materiales nanométricos y cuál es su función?

Eduardo Lira Díaz, estudiante de la Maestría en Ciencias Médicas de la Universidad de Colima, explicó que las nanopartículas son materiales de cualquier estructura y tamaño de entre uno y cien nanómetros, es decir, la mil millonésima parte de un metro.

Esta tecnología consiste en estructuras que llevan fármacos como anticuerpos, antígenos, péptidos, secuencias de ADN y algunas proteínas al órgano de destino para que, una vez instaladas allí, liberen los compuestos y trabajen de manera específica.

“Una nanopartícula es una estructura que puede generar cambios en una célula, pero no es como un fármaco que pasa al hígado y libera compuestos; en este caso, los vehículos no se degradan como el fármaco; se desechan y son más cómo una herramienta”, explicó.

Este vehículo puede ser de oro, titanio, cobre, plata e incluso de materiales naturales como maguey y guanábana; son diseñados de tal manera que una vez que llegan al órgano se adhieren y, a través del calor, por ejemplo, un rayo láser, las partículas se excitan, se rompen los enlaces y producen su efecto”, describió Lira Díaz.

En este sentido, compartió que desde hace dos años trabaja con esta tecnología en el proyecto de investigación “Evaluación de gliosis reactiva inducida por nanopartículas de oro en el cerebro del ratón adulto”, con el que se busca ayudar a retrasar las enfermedades neurodegenerativas.

Eduardo Lira, junto con su asesor Óscar González Pérez, del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima, ha logrado que los primeros resultados sean favorables; sin embargo, dijo que es necesario analizar más datos.

A largo plazo, comentó que este tipo de tecnología “sin duda tendrá respuestas para la salud en el área del cerebro; sin embargo, tardará algunos años. En otros órganos donde se han hecho pruebas ya está funcionando, por ejemplo, para la artritis reumatoide ya hay opciones, pero no para el cerebro”.