Jueves, 22 de Marzo de 2018

*La directora general adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del CONAPRED dictó la conferencia “Planificación estratégica para una educación inclusiva”, como parte de la Conferencia Internacional MUSE que se realiza en la UdeC.

La directora general adjunta de Vinculación, Cultura y Educación del Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (CONAPRED), Tania Ramírez Hernández, dictó la conferencia magistral “Planificación estratégica para una educación inclusiva”, como parte de la Conferencia Internacional MUSE que se realiza en la Universidad de Colima.

En su disertación, dijo que incorporar la educación inclusiva en los centros escolares y universidades no es un asunto de gastos extra o presupuesto, sino que “las instituciones de educación universitaria tenemos la obligación de cumplir con los derechos humanos, en concreto, con el derecho al acceso a la educación”.

“Pensamos en aspectos administrativos y que todo esfuerzo extra tiene que ver con presupuesto, y no es así. Tiene que ver con entender que la forma de gestionar nuestros servicios está ligado con garantizar el derecho a la educación”. Los maestros, continuó, “tenemos en nuestras manos el mandato de garantizar ese derecho humano; tiene que ver con los objetivos del milenio y es un mandato constitucional”.

Con base en lo anterior, Tania Ramírez ofreció elementos para realizar planeaciones estratégicas con base en el principio de inclusión y no discriminación.

Dijo que la definición de discriminación es la siguiente: “Conducta culturalmente fundada y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de prejuicios o estigmas relacionados con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto, intencional o no, anular o limitar sus derechos y libertades fundamentales, como el acceso a oportunidades socialmente relevantes en su contexto”.

Para CONAPRED, la discriminación sucede en las estructuras sociales de nuestros países y se identifica con patrones de base cultural: “Pensamos que los discapacitados tienen que adaptarse a las personas y al resto del mundo, y nos perdemos de saberes cuando excluimos”, afirmó.

Además, compartió con la audiencia visitante y comunidad universitaria que la discriminación tiene un círculo vicioso: “Primero impone una sola forma de ver el mundo, cuando en realidad hay un universo de formas de observarlo; anula la autonomía y la diversidad. Esto es preocupante porque excluye a quienes son diferentes y, por ende, los restringe de sus derechos”, comentó.

Aclaró que estos grupos de población son personas con discapacidad, personas en situación de calle, adultos mayores, pueblos, comunidades indígenas, niños, niñas, mujeres y personas de la diversidad LGBTTTI.

Para iniciar la planeación estratégica, Tania Ramírez recomendó a las instituciones hacerse las siguientes preguntas para imaginar los elementos que permitan pensar en una educación incluyente y no discriminatoria: ¿educación como empoderamiento de grupos discriminatorios?, ¿sigue siendo la educación presencial o la vivencial la mejor herramienta cuando hablamos de dificultades para el acceso?

Y por último, ¿seguimos pensando que una escuela con maestro frente a grupo es la única o mejor forma posible para garantizar a todos el derecho a la educación? La experta pidió recordar que el objetivo de la educación incluyente es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje.

“Hablar de inclusión no sólo tiene que ver con las rampas de acceso sino con los recursos humanos capacitados y actualizados, con material didáctico en varios formatos, equipamiento y tecnología”, agregó.

La especialista comunicó que la CONAPRED realiza una reflexión y autocrítica de su papel como formadora y capacitadora de servidores públicos federales para eliminar prejuicios y estereotipos que limiten el acceso a los derechos de las personas.

Agregó que ésta es una realidad no alcanzada todavía, a pesar de que CONAPRED cumple 15 años: “Todavía encontramos espacios educativos, sociales, reclusorios, centros de trabajo y ventanillas bancarias donde se limita el acceso a personas por su características físicas, apariencia y género”.

Durante su ponencia, reconoció el trabajo que han hecho la Universidad de Colima y el estado en este tema, y reconoció el pronunciamiento hecho por universidades públicas y privadas de Colima para declarar sus espacios libres de discriminación por orientación sexual e identidad de género (OSIG).

En este sentido, continuó, “aplaudimos desde CONAPRED este esfuerzo porque habla de cómo se entiende que la diversidad sexual y la orientación sexual de sus alumnos es una garantía para transitar por la vía universitaria sin discriminación”, apuntó.

Asimismo, elogió la representante de CONAPRED, “me alegro mucho de ver los esfuerzos de la Red MUSE y de la UdeC para hacer propio el mandato constitucional que dice que no debe existir ninguna barrera en el acceso a la educación entre las personas y los centros educativos universitarios”.

Al finalizar su ponencia, donó un acervo de títulos sobre experiencias exitosas de educación incluyente, uso no sexista del lenguaje y lenguaje incluyente, organización de eventos públicos accesibles y un título sobre discriminación estructural y desigualdad social.

Tania Ramírez Hernández es Licenciada en Letras Hispanoamericanas por la UNAM y Doctora en Lingüística y Teoría de Crítica por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado en el sector público en áreas de vinculación social, fomento social y derechos humanos. También es coautora de “El México indignado, caminos por la igualdad” y “Cómo construir la paz en el México actual”.