Viernes, 24 de Noviembre de 2017

*El nuevo equipo se adquirió mediante convocatoria de Conacyt para atender problemas nacionales mediante el desarrollo científico.

En días pasados, la Red Sismológica Telemétrica del Estado de Colima (RESCO), que forma parte del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de Vulcanología (CUEIV) de la Universidad de Colima, adquirió equipo nuevo, comprado con dinero de un proyecto ganador de la Convocatoria de Proyectos de Desarrollo Científico para Atender Problemas Nacionales, que promueve cada año el Conacyt.

Dicho equipo, explicó en entrevista Raúl Arámbula Mendoza, director del CUEIV, consiste en tres nuevos sismómetros (más modernos y con una mejor tecnología), los cuales reemplazarán a equipos que se encuentran instalados en el volcán y que están por cumplir su ciclo de vida, que va de 10 a 15 años. “Queemos reemplazar todos los sismómetros que ya se tiene en el volcán por unos nuevos”, adelantó.

Junto con estos sismómetros, Raúl Arámbula dijo que al sistema de monitoreo de la RESCO se agregan también dos cámaras de vigilancia que tienen la característica de detectar incandescencia en la noche, y que ya se encuentran instaladas en Montitlán y en el Nevado, así como tres sensores de infrasonido que ayudarán a los integrantes de esta red a cuantificar la energía generada por las explosiones volcánicas, conocidas también como ondas de choque.

“Hay que recordar que algunas explosiones generan ondas de choque y que éstas causan una perturbación en la atmósfera, como una onda de presión que viaja por el aire y que, en algunos lugares, es sentida por la población”, explicó Arámbula.

Respecto a la pertinencia y los beneficios que este nuevo equipo traerá a la sociedad en general, el director del CUEIV recordó, en primera instancia, que la función vital que tiene este centro consiste en monitorear y estudiar en tiempo real la actividad del volcán de Colima, así como su comportamiento, para determinar aquellos procesos de actividad intensa que signifiquen un riesgo para la población.

Además, dijo que el Centro Universitario de Estudios e Investigación Vulcanológica está en comunicación directa con las unidades de Protección Civil de Colima y Jalisco a través de reuniones constantes en las que se evalúa la actividad del volcán y se generan las medidas y recomendaciones necesarias, en caso de que existiera la posibilidad de una contingencia vinculada con el volcán y sea necesario evacuar alguna zona poblada.

“Lo que estos nuevos instrumentos tienen –explicó Raúl Arámbula– es que pueden ver ciertas frecuencias en las señales sísmicas que los antiguos sismómetros no podían ver. Se ha comprobado que, en otros volcanes, estas frecuencias pueden aportar información pertinente que ayude a la hora de tomar decisiones. Por esto, es importante remplazar todos estos equipos por unos nuevos y más modernos”.

Respecto a las fechas de instalación de este nuevo equipo de monitoreo, el director del CUEIV e integrante de la RESCO, dijo que este martes 21 se reemplazó el primero de tres equipos en la estación que se encuentra al sur, por la barranca de Monte Grande. “Hay que recordar que esa barranca es importante porque se generan muchos flujos de material volcánico, conocidos como lahares, y estos equipos nos ayudarán a monitorearlos”.

Sobre las otras dos estaciones pendientes por reemplazar, Arámbula dijo que espera se puedan instalar en enero de 2018, pues dijo que, debido a que se encuentran localizadas muy cerca del cráter del volcán (entre 1.7 y dos kilómetros), los caminos que llegan a esos lugares se destruyen en época de lluvia y son áreas restringidas que están catalogadas como lugares de alto riesgo.

“Ya estamos en pláticas con Protección Civil para que se abran estos caminos y poder ingresar, instalar y darle mantenimiento a los equipos que ahí tenemos”, detalló.

Asimismo, Raúl Arámbula comentó que este equipo fue adquirido con presupuesto de Conacyt, desde la RESCO, por lo cual se estará trabajando en una investigación sobre la energía de las explosiones, que se divide de la siguiente forma: la energía gástrica, reflejada a través de los sismos; la acústica, que se puede escuchar y percibir por medio de ondas de presión, y la térmica.

Por lo que agregó que, una vez instalado este equipo, los investigadores de la RESCO tendrán la tarea de estudiar dicha partición de energía, que llega vía radio hasta la estación central de registro, donde se grafican y procesan los datos en tiempo real obtenidos mediante estos nuevos equipos de monitoreo.

Además, Arámbula dijo que en febrero entregará su primer informe técnico en el que dará cuenta de las actividades realizadas para lograr los objetivos establecidos en dicho proyecto, y que cada tres meses entregará un reporte financiero del mismo; “estas medidas las establece Conacyt con el objetivo de minimizar la corrupción y asegurar que los recursos sean utilizados realmente para lo que se pidieron”, dijo.

Al preguntarle sobre la finalidad de todos estos datos procesados, el investigador de la RESCO y director del CUEIV explicó que, debido a que son proyectos enfocados en la solución de problemas nacionales, en este caso el mejorar la tensión de las crisis volcánicas, la información se comparte también con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), que depende de la Secretaría de Gobernación, y con las unidades estatales de Protección Civil de Colima y Jalisco.

Además, dijo que la RESCO envía un boletín semanal sobre la situación del volcán al CENAPRED, a Protección Civil, así como a medios de comunicación del estado, el cual también se puede consultar en su página https://portal.ucol.mx/cueiv/Sismico.htm

Antes de finalizar la entrevista, Arámbula destacó el hecho de que la UdeC tiene uno de los centros de investigación vulcanológica más sólidos y destacados a nivel de Latinoamérica; “esto lo podemos comprobar cuando asistimos a las reuniones con los colegas de América del Sur y Centroamérica, y nos damos cuenta de que existen tópicos en donde nosotros estamos en la punta, como es el monitoreo volcánico y el de un sistema que clasifica de manera automática los 300 o 400 sismos que se tienen diario, en tiempo real”, describió.

Este sistema, aclaró, se desarrolló en la Universidad de Granada, España, y él fue uno de los investigadores que durante su doctorado en esta institución aprendió a utilizarlo y lo trajo a la UdeC para implementarlo en un volcán activo como el nuestro, por lo que se comenzó a trabajarlo desde la RESCO a partir del 2009.

Destacó también que la Universidad de Colima es de las pocas instituciones que manejan dicho sistema de clasificación, “ni el propio CENAPRED lo tiene instalado. Hace poco comenzamos a apoyar a éste y otros centros para que lo implementaran”, dijo.

“Sin duda, el sistema nos ayudó bastante en la evaluación de las crisis volcánicas que hemos tenido, tanto del 2015 como la del 2016”, agregó.

Finalmente, invitó a toda la población a respetar el equipo instalado en varios puntos del volcán y a no olvidar que “todo el equipo que se adquiere sólo se consigue a través de proyectos específicos que se someten a concurso, y hay que invertir mucho trabajo para que este recurso llegue a las universidades, las cuales buscan beneficiar a la sociedad”.

Durante la instalación del sismómetro y del sensor de infrasonido que se colocaron en la primera estación, este martes 21 en la barranca de Monte Grande, participaron los integrantes de la RESCO: Alejandro Martínez Fierros, Miguel González Amezcua, Rogelio García, Raúl Arámbula y, de Protección Civil de Colima, Salvador Montes de Oca.