Boletines informativos de la Universidad de Colima

3 de Diciembre de 2007

“WALDO SAAVEDRA NOS ESTÁ DANDO UNA FRIDA VIVA, UNA FRIDA APASIONADA, UNA FRIDA MUY MEXICANA”


* A ti patrona es la exposición de Waldo Saavedra inaugurada el sábado por la noche en la Pinacoteca Universitaria

Con una asistencia pocas veces vista en Colima para esta clase de eventos, de más de doscientas personas, Waldo Saavedra inauguró el sábado por la noche la serie de óleos A ti patrona, inspirada en la vida y obra de la conocida pintora mexicana Frida Kahlo, en la Pinacoteca Universitaria.

El corte de listón se realizó en el pasillo de entrada a la casa del vitral, en medio de un intenso calor humano. Allí estuvieron la esposa, las hijas, los amigos y la mamá de Waldo Saavedra, junto con las autoridades universitarias encabezadas por el rector Miguel Ángel Aguayo López y su esposa Susana Ortuño de Aguayo.

Aunque Waldo llegó veinte minutos tarde a la cita, la gente no se fue, por el contrario, llenó todas las salas y pasillos de la Pinacoteca. Ante el recibimiento que le dio la gente de Colima, y al hablar del apoyo que la Pinacoteca y el rector le dieron para que realizara esta muestra, Waldo sólo pudo decir una expresión muy mexicana: “Es una experiencia de poca madre, maravillosa”.

El rector agradeció a Waldo Saavedra el trabajo realizado para la Universidad por más de un año, primero con el mural que pintó en la Escuela de Comercio Exterior que tiene en Manzanillo la Universidad y ahora con A ti patrona, una muestra, agregó luego de ver los cuadros, “de una calidad excelente, pintada con un talento inigualable. Waldo Saavedra nos está dando una Frida viva, una Frida apasionada, una Frida muy mexicana”. Aguayo López anunció que en enero del 2008, esta muestra podría salir a España.

La muestra, que ocupa todas las salas de la casa del vitral, está integrada por seis óleos de mediano y gran formato: El otro regalo de Picasso, El son de la negra, Frida Candela con diamantes cubanos, Baño en sandía con perro rojo, “I will survive GLORI a Kahlo” y La infanta rosa.

En la sala cuatro, frente a una Frida pintada con los tonos de la bandera mexicana, el Mariachi Real de Colima interpretó el Son de la negra una y otra vez, el tiempo que duró abierta la exposición. Sheila Ríos, amiga del pintor venida desde Guadalajara, se puso a bailar este son, en esa sala y ante el pintor y las autoridades, como un regalo para Waldo.

En una de las salas hay una proyección permanente con imágenes sobre la Casa Azul de Frida y en otra una instalación con silla de metal, cabellos, muchos cabellos en el piso, y tijeras clavadas en un óleo blanco. Frente a la silla, ocupando toda la pared, Waldo colocó un largo tapiz de papel donde nos ofrece su versión al carboncillo de los diarios de Frida.

En lo que suele ser un pasillo que comunica a la calle, el artista visual de origen cubano y radicado en México desde hace ya un buen tiempo, tanto que se considera mexicano, hizo otra instalación, la de la cama de Frida, donde la artista pintó y vivió los últimos años de su vida, luego del accidente que la dejó dañada de la columna. A los pies de la cama Waldo colocó un gran montón de plumas blancas.

Tita Ochoa, crítica de arte, escribió sobre esta muestra que “el artista cubano recupera imágenes, escenas, objetos del universo de Frida para incorporarlos a su propio discurso, a su personal lenguaje codificado por el color, los trazos detallados del dibujo y el uso de materiales-materia vida”.

Waldo Saavedra realizó dos instalaciones más, una de ellas en la sala donde colgó el cuadro Baño en sandía con perro rojo; allí acomodó todo un cargamento de sandías que los visitantes pudieron saborear mientras veían a una Frida en tonos rojos, joven y desnuda, abrazando un perro. La otra instalación fue en la sala dedicada a Gloria Gaynor y Frida, donde encimó tazas y platos blancos chorreando café a los pies de un paraguas cubierto de espejitos, como esfera de una disco o antro de los setenta.

Más relajado, con una copa de vino tinto en la mano (que rebajó con coca-cola), y luego de recorrer todas las salas hablando de su obra, Waldo Saavedra dijo que su acercamiento a Frida fue más que nada espiritual e intuitivo, y no se propuso hacer algo distinto a lo que otros artista hicieron para festejar los cien años del natalicio de Frida Kalho. Una de sus hijas, dijo, se llama Frida Candela, y es la que aparece en uno de los cuadros que integran la muestra, lo que habla, dijo, de su afecto y acercamiento con la obra de la pintora mexicana.

El título de la exposición, aclaró, viene del primer libro que él leyó de Frida y en el que la dedicatoria, escrita por la misma Frida dice: “A ti patrón, a nuestro sol y a nuestra luna”.

Por último, a las nuevas generaciones de artistas les pide “que sean lo más sensitivo del mundo, que se permeen siempre de lo que hay a su alrededor. La cuestión del sentir es lo más importante. Hay que olvidarse un poco de cánones, de reglas a seguir. Lo importante es ser uno mismo, como individuo, y esa autenticidad, esa congruencia con uno mismo es lo que te puede llevar a crear una buena obra”.

Waldo Saavedra nació en La Habana en 1961. Realizó su primera exposición personal en 1978. Estudió en el Instituto Superior de Arte de La Habana, graduándose en 1987. Fue profesor de arte, ilustrador de revistas; diseñó escenografías y vestuarios para conciertos de rock y de nueva trova, y además fue director artístico de la película Hello Hemingway.

A finales de los ochenta se trasladó a Guadalajara. En México, ha ganado el Primer premio del salón nacional de dibujo José Guadalupe Posada y obtuvo mención honorífica en la Bienal de Pintura José Clemente Orozco. Sus pinturas se venden a coleccionistas y museos de Estados Unidos y Europa, el grupo Maná utiliza trabajos suyos en los discos Cuando los ángeles lloran y Sueños líquidos, y cuando Cuba fue el país invitado a la FIL (Feria Internacional del Libro), él realizó la dirección artística del pabellón Cuba.

FUENTE: Dirección General de Información